“De 10 entrenadores
que tuve UNO me ayudo, 3 no me ayudaron y los otros 6 me jodieron" Marco
Van Basten
Rotunda la frase de
un grandísimo jugador que nos permite ver la importancia que pueden llegar a
tener esas personas responsables de un equipo. Los entrenadores.
No quiero extenderme
mucho en este tema ya que podríamos estar días enteros hablando y discutiendo,
pero sí que me gustaría dejar claro que debe de haber un punto y aparte entre
los entrenadores de equipos en etapas de formación y los entrenadores dedicados
al alto rendimiento.
Los jóvenes
jugadores están en pleno desarrollo de sus potencialidades, son diamantes en bruto, explosiones de magia, obras de arte sin pintar.
Los entrenadores nos
creemos con la capacidad de sacar nuevos talentos, de atribuirnos los méritos
de éxitos futuros, de afirmar “ese jugador todo lo que sabe me lo debe a mí”
Los jugadores son
los verdaderos protagonistas, ellos tienen el brillo del diamante, la sorpresa
de la magia y la belleza de la obra de arte. Asumiendo esa realidad podremos
colaborar en el desarrollo de ese
jugador, guiarlo y acompañarlo por parte de su trayecto.
Es curioso que esté
hablando del entrenador y este utilizando términos de guía, compañero,
colaborador y no utilice palabras como entrenar o enseñar.
Los entrenadores de
fútbol en la formación deben ser:
- Planteadores de problemas
- Guías en del aprendizaje del propio jugador
- Liberadores
Evitar ser
directivos (pasa, tira, controla, desdobla…), adivinos (tenias que haber
pasado, tenias que haber chutado por abajo…) y sobre todo evitar creer que
poseedores de la verdad absoluta.
El jugador necesita
retos que superar, dificultades a las que dar soluciones mediante decisiones
individuales y colectivas. Precisa del error para comprender el juego.
El jugador necesita
de preguntas que le permitan construir soluciones y entender el por qué de las
cosas. Precisa de alguien que le permita ir descubriendo esas soluciones y
cometiendo esos errores.
El jugador debe
vivir experiencias en el juego, arriesgar, intentar y explotar sus virtudes.
Precisa que no se le cohíba la libertad que le concede el juego como
protagonista de este deporte.
Fomentar el riesgo y
la liberación del jugador por hacer cosas nuevas y diferentes, contribuirá
positivamente en la adquisición y desarrollo de los patrones cognitivos y
motores (Entender el juego y dar las mejores soluciones técnicas).
A continuación
planteo un ejercicio muy simple de finalización en el que se pretende que el
jugador valore las diferentes opciones que le da el juego antes una situación
defensiva simulada por picas.
Finalizaciones por tríos línea defensa simulada
Tipo: Ejercicio de Finalizaciones
Objetivo: Realizar
finalizaciones efectivas tras triangulaciones ante línea defensiva simulada.
Dimensiones: 50x40 (puede variar
según nivel de los jugadores)
Ubicación: Zona de la portería
Tiempo: 3×7´
Descripción: 3 jugadores se
pasan el balón de forma libre entre ellos, cuando ellos decidan harán una
acción de finalización atendiendo a los las picas como posibles rivales y la
interpretación de los movimientos de los compañeros.
Normas: Existe fuera de
juego
Consideraciones importantes:
- Procurar que los
pases se alejen de los conos para evitar posibles interceptaciones en la
realidad
- Incidir en que los
desmarques sean a la espalda de los contrarios
- Realizar
diferentes gestos técnicos en función de las diferentes situaciones que se
planteen (ejemplo: control delante de los defensores, proteger el control y
finalizar)
- Interpretar los
movimientos de los jugadores compañeros
- Incidir en que las
acciones se realicen a máxima intensidad.
Para el próximo
artículo tengo varias ideas en mente (el talento, los ejercicios técnicos con
toma de decisión, las aplicaciones tácticas, trabajo físico analítico,
globalizado o integrado), pero sí que me gustaría escuchar vuestras inquietudes
y poder dar respuesta a algunas de ellas.
Andoni Bombín Garrido
Entrenador Nacional de Fútbol